Del capitalismo de los stakeholders al capitalismo de la vigilancia

ISABEL LÓPEZ TRIANA

25 octubre 2022

3 min. lectura

Artículos

La digitalización avanza inexorablemente y ha provocado un cambio estructural de la esfera pública y personal. Vivimos en la era del algoritmo donde la democracia se enfrenta a profundos riesgos frente a las nuevas formas de poder basadas en los datos y la transformación de la información personal en una mercancía de compraventa.

Sobre estos temas conversamos hace unos días en el Seminario Sócrates “Information Wanted to Be Free: Liberalism’s Tech Reckoning” organizado por Aspen Institute España y Fundación Telefónica, con el patrocinio de Google, dentro del programa Tech & Society, en el que tuve la oportunidad de participar como Directora general de CANVAS.

Se abordaron estos ámbitos de actualidad, ahondando en los retos que plantea la tecnología y la inteligencia artificial y cómo su uso en la gestión de la información determina de un modo decisivo todos los procesos que realizamos como ciudadanos económicos, sociales y políticos.

En este foro, en que nos reunimos lideres de diversas profesiones y edades, mucho se debatió entorno a la necesidad de mantener vivo el pensamiento crítico frente a las nuevas fronteras del poder. Pensar en el propósito de las cosas, el por qué con impacto social y medioambiental partiendo de una ética entendida como una conversación. Todos temas que nos afectan a las personas y a las organizaciones, en la medida en que estimulamos o anulamos ese sentido.

Infocracia, vigilancia … ¿y la libertad?

La digitalización avanza inexorablemente y ha provocado un cambio estructural de la esfera pública, es lo que el filósofo Byung-Chul Han denomina, “infocracia”. Las decisiones socialmente relevantes, sostiene Han, se tomarán utilizando el big data y la inteligencia artificial. Seguirá habiendo discursos políticos, pero serán secundarios. Vivimos en una falsa libertad donde las comunicaciones en las redes sociales basada en algoritmos no son libres ni democráticas, prosigue Han.

Shoshana Zuboff habla del “capitalismo de la vigilancia” para referirse a la mercantilización de los datos personales, es decir, en la transformación de la información personal en una mercancía sujeta a la compraventa con fines de lucro. La socióloga habla de una colmena controlada y totalmente interconectada que nos seduce con la promesa de lograr certezas absolutas a cambio del máximo lucro posible para sus promotores, y todo a costa de la democracia, la libertad y nuestro futuro como seres humanos. Esos promotores, según Zuboff, son las empresas tecnológicas y en primer lugar Google, como pionera de ese nuevo capitalismo.

Y si vivimos conectados y sometidos a esa tecnología ¿qué papel tienen las empresas, las instituciones públicas y la propia sociedad civil como seres humanos interconectados? En este contexto, ¿dónde queda el Capitalismo de los stakeholders? ¿dónde queda la interdependencia que promueve el movimiento B Corp, por ejemplo?

Pues en la raíz y en la esencia de todo, partiendo de la premisa que detrás de la tecnología y la inteligencia digital hay personas con sus valores y su ética. La cuestión es qué valores se promueven y si se sabe lo que significa la ética. Debemos trabajar desde el razonamiento y el pensamiento crítico frente a las nuevas fronteras del poder, pensar en el propósito de las cosas, el por qué y que ese por qué englobe una visión con impacto social y medioambiental partiendo de una ética entendida, como una conversación… recordemos a Freeman, autor de la teoría de los stakeholders y la necesidad de entablar una conversación en la que todos los grupos de interés van de la mano.

Este diálogo debe poner las cuestiones éticas y relevantes para la vida en el centro del problema y como parte de la solución. Busquemos esa verdad que decía Hannah Arendt, esa verdad existencial que nos proporciona un sostén, “es el espacio en el que estamos y el cielo que se extiende sobre nuestras cabezas”.

Y como concluye Zuboff, “depende de nosotros reavivar la sensación de indignación y pérdida ante lo que se nos ha quitado. […]. Que el futuro sea digital, pero, ante todo, que sea un futuro humano.”

¿Por qué no apostar por empresas que se centren no solo en las cifras, sino en restaurar, revitalizar y regenerar el planeta y las sociedades? Busquemos esa verdad y ese futuro.

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ISABEL LÓPEZ TRIANA
Cofundadora y Directora General

Isabel tiene una amplia trayectoria de más de 20 años dedicada a la consultoría en reputación corporativa y sostenibilidad

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